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Mostrando entradas de diciembre, 2012

La historia se ha terminado

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Bajaba por la oscuridad en caída libre, con el corazón abierto y con las estrellas siguiendo mi estela hacia el vacío. Me gustaría saber en aquel entonces todo lo que sé ahora, no inclinarme jamás, a pesar de que la gravedad duela y los huesos se cansen, haciendo que me despierten de mi propio sueño. Caí de las nubes de algodón y me hice pedazos al llegar al suelo, pero ahora estoy despierto. Sin perder el sueño rogando por mi norte. Las piezas se recogieron una a una por sí mismas mientras las pisaban y las resquebrajaban, pero siguieron juntándose a pesar de los obstáculos y de las intrigas. Ya no tengo que fingir y ya es demasiado tarde. La historia se ha terminado. Ahora, a pesar de haber caído desde la estratosfera, de haber pasado años recolectando piezas, por fin he pegado la última que me quedaba. Tras los truenos retumbantes y castillos destruidos, sí, estoy despierto y he nacido de nuevo. 

¡Bendita High Definition!

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Jamás he sido de esas personas que se resignan a correr en círculos, que siguen la voz y la palabra de un líder al pie de la letra, y que venden su propio pensamiento, es más, me encanta ser de esas personas que rompen con todos y cada uno de los tabúes posibles. Soy de los que viven humildemente, de los que viste con vaquero y sudadera, de los que tienen tatuajes, defensor del LGTB, reivindicativo hasta la médula, a veces rozo el nacionalismo gallego, jamás he apoyado ciegamente a nadie ni he defendido lo indefendible, y ahora, para colmo, con dilatación en la oreja. ¿Dirían que soy militante de nuevas generaciones del PP de Galicia? A veces cuando voy por la calle tengo más pintas del 15-M que de militar en este partido, pero como decimos los gallegos "é o que hai" . De pueblo, con la cabeza muy alta, y muy orgulloso de ser como soy. De no deberle nada a nadie, y de ganármelo todo con el sudor de la frente. Las apariencias engañan, y mola decir que soy la

Reina de la Noche

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Tétrico. Palacio de oscuridad asentado sobre pilares de engaños, muros de mármol azabache y de tretas maquilladas de conspiraciones. Así es tu templo Reina de la Noche, la Señora de las usurpaciones y de las intrigas, Señora de lo turbio y de lo oscuro, de lo eróticamente gótico y muerto. Dueña del placer encarnado en la lujuria más provocante e incipiente de todos los Estados del mundo. Tú que te sientas en un trono hecho con los huesos de tus amantes, que te alimentas de la sangre que brota de los sentimientos y de la perversión de una sonrisa.  Que maquillas las horripilantes transformaciones de la oscuridad con tu tez pálida como la luna llena, y oculta como la misma. Ojos negros como la oscuridad dentro de la noche, labios rojos como la sangre de todos aquellos que han sucumbido a tus encantos, melena negra como el corazón que llevas por estandarte, hermosa como el filo de la daga que ha segado la vida de los incautos, y voz que enjaula a los sueños tras barrotes de aire

Milagros y Fe

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Los milagros jamás han existido, nada se obra por arte de magia. Ni las montañas se mueven por si solas, ni el agua jamás se puede transformar en vino, ni tampoco se puede traer a la vida a los muertos. Nada de eso es real. Absolutamente nada. Los milagros y las obras de gracia jamás han caído del cielo, aunque siempre hay algo de sobrenatural en los sentimientos del ser humano, en esa cabeza pensante que nos ronda a cada uno de los 7 mil millones de seres que vagamos sobre la tierra, la hierba, los mares y el asfalto. Los milagros no existen, es cierto, jamás han existido, pero la fe ya es otro cantar. La fe en uno mismo, en su trabajo, en su esfuerzo, en el sudor que cae de la frente y en los callos de las manos, en el viento que choca contra los rostros curtidos de los marineros, y en el sol que tuesta las teces de los indígenas del Amazonas. Los milagros no existen, nunca lo han hecho, pero si luchas por que la ilusión no muera, y si te dejas la piel en aquello por

Solo queda intentar

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Te callas y me hablas con la mirada, me siento a tu lado mientras me comes con las manos, me manipulas con tus pensamientos, me mueves como un muñeco de trapo cargándote toda mi integridad y todo mi ser. Ya soy tuyo, lo has conseguido. Me pierdo en ti, intento pensar por mi mismo pero únicamente me veo atrapado en tus redes, es tus jugadas de ajedrez, en esa llama que arde iluminando la más absoluta de las oscuridades invitándome a quemarme, a consumirme en el deseo que nace de tus labios, de tu cuerpo. Cae la noche y me adentro en el mundo de los sueños, no te encuentras a mi lado, pero te noto, te siento respirar, noto el tacto de tu cuerpo, y es entonces, cuando apago la luz del cuarto, que me doy cuenta de que estoy solo en la oscuridad.  Solo queda intentar, intentar cada día .

Se acaba el mundo y todavía

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Se acaba el mundo, y todavía no me he perdido en ese universo que existe entre el colchón y las sábanas de tu cama, ni he podido saborear el brillo de tus ojos, la transparencia de tu alma, o el calor de tus caricias, ni tan siquiera he podido disfrutar con el roce de tus pies fríos. Se acaba el mundo, se acerca su final, y todavía no he podido encontrarte defecto alguno en esa sonrisa que tienes, en tu forma de hablar, de querer comerte el mundo y de vivir como si no existiera el mañana, de hacerme perder la cabeza como un completo loco con el solo susurro de alguna palabra, con el simple aire que sale de tu boca. Se acaba el mundo, se cernirá sobre nosotros la completa oscuridad y no tengo brújula, no tengo un compás que me guíe por los mares negros ni por los ríos de azufre, así que solo espero que tu Rosa de los Vientos sea quien de guiarme, de mostrarme el norte, de llevarme a buen puerto… De llevarme hasta tu puerto . Se acaba el mundo y no tengo miedo, tan solo te

Sentimientos y Barreras

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Cierra la boca. Deja de escuchar las palabras y céntrate en el eco de tu interior. Respira, bésame y no pares, muérdeme los labios con lujuria y desenfreno, mientras nuestras gargantas se abren al mundo. Bésame de nuevo, esta vez despacio, con suavidad y ternura, pero muérdeme. Clávame tus pupilas y aráñame la espalda, juntemos de nuevo nuestros labios mientras el humo sale de nuestras bocas. Humo, vapor y deseo condensados en un mismo espacio. Saliva y lujuria confinadas en dos cuerpos que explotan de placer, que subyacen en otro mundo alejados de cualquier tiempo y espacio. Cierras los ojos mientras el frio de tus manos se pega a mi espalda, mientras nos fundimos en un abrazo que fusiona las almas y encandila los corazones. Nos miramos de nuevo, dejamos de un lado el desenfreno, nos rozamos los labios, y es entonces, en ese preciso instante, que deseamos que la tierra colapse muriéndonos como si fuéramos solo uno. Hay sentimientos, que superan barreras inimaginables.

Misterio

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Hay algo triste cómo puede el ser no tener amigos, pero hay algo aún más triste, que es el no tener enemigos. Una persona que no tiene enemigos, no es otra que una persona que no tiene talento que le haga sombra, ni valor que se tema, ni honra que se murmure, y ni mucho menos, alguna cosa buena que se le codicie. Es por ello que jamás se le tiene que tener miedo alguno a vivir la vida tal y como nuestro corazón suplicante desea, que no se tiene que tener miedo al futuro si el pasado es sólido y firme, y que ni mucho menos, se tiene que tener miedo a arriesgar una, dos, tres o las veces que haga falta, sobretodo, cuando el corazón está en juego. En esta vida hay que amar sin medida, pues el amor medido es un amor que no vale la pena, ama con el corazón, pues amar con la cabeza es toda una locura, ama contra viento y marea, contra los kilómetros y contra los vientos, porque si amas de verdad, tu otra mitad estará en tu interior. Misterio, bonito nombre para una parte de n

La felicidad pesa 639 gramos

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Llevas años esperando un momento. Suena el teléfono, y te dicen que por fin está ahí, que después de tantos miles de kilómetros recorridos, que después de tantas millas, tiempo, agua,  frío  y tierra, por fin está a las puertas de tu casa. Te suena el móvil a las 9 de la mañana, es un mensaje. Lo lees y se te hiela la sangre, entiendes la pesadilla que tuvo lugar hace escasos minutos, y entiendes que el tiempo comienza a derrumbarse, entiendes que ya no hay tiempo y que la cuenta atrás ha comenzado. Pero no importa, pues ha llegado la hora de que se cumpla un sueño. Abres la puerta. Llueve, y te lo encuentras de frente, desenvuelves el paquete mientras el corazón  ríe  y llora, lo miras con los ojos vidriosos, y por fin entiendes lo que se siente al matar una ilusión y hacer realidad un sueño. Ahora que ya tengo asimilado lo del libro y todo eso, decir que tan solo por ver la cara llena de felicidad de mis abuelos, y alguna que otra lágrima, ha valido la pena estar hast

Sensaciones a kilómetros

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Soy una tormenta que azota con furia las costas desoladas, soy el calor que explosiona de cada estrella, la fuerza de cada relámpago y la humedad de la niebla. Soy la mañana de la vida que nace de cada tormento divino, yo soy los rayos de Júpiter y la esencia de Afrodita, la luna del templo de Ixchel y el espíritu de las junglas de Managua. Soy el viento que azota los desiertos bajo la helada noche, soy el agua que arrastra con fuerza y furia esperanzas y sueños, el agridulce momento del último beso, la oscuridad que precede a la noche más absoluta, y la última gota de luz que logras ver antes de apagar la llama. Soy sol, tierra, agua, y viento. Soy el poder del tiempo convertido en futuro y el compás del agua que cae desde las cascadas, la fuerza de las mareas y de los remolinos, las entrañas de la tierra y la ira que implosiona en las galaxias. Soy todo lo que deseo y más. Pero es estar hablando contigo a pesar de los kilómetros, y sentirme el más diminuto de los diam

Simplezas

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Miro las estrellas mientras el tiempo no se para, como siempre. Sonrío, vuelvo a sonreír, y la felicidad se filtra por cada poro de mi rostro, por cada célula cargadas de vida y de ganas. Dejamos atrás el peaje y a la trabajadora de Audasa con el ticket en la mano tras salir quemando rueda. Sigo sonriendo. Amigos, algo más que amigos, ya casi familia. La ría de Vigo a la derecha y a la izquierda, el resto de Galicia. El termómetro a 9 grados pero estamos sudando, no sabemos si consecuencia de la condensación, o por las risas de haber atropellado al espíritu santo… Palomas suicidas que se estrellan contra la luna delantera de tu coche en plena crisis. Pero aquí sigo, feliz y contento, y es entonces cuando me doy cuenta de cuanto se pueden llegar a atesorar estos momentos, de cuanto puedes albergarlos en tu corazón, de las risas con los amigos, de los chistes tan sumamente malos que hasta dan ganas de pegar, de los abrazos, de los consejos, de todas y cada una de las estrellas

Rey de reyes

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Jamás piensas que puede llegar ese día en que un sueño se cumpla. Nunca lo piensas, ni por asomo. No sabes cuál puede ser la sensación que vayas a experimentar, ni tampoco conoces como puede ser la reacción en ese momento. Hace doce lunas que  te fuiste a la guerra bajo un estandarte. Volviste a los pocos meses derrotado, con la cara llena de cortes y muriéndote sobre una camilla improvisada, pero con el tiempo y con el mimo, repusiste las fuerzas y tomaste la decisión de saltar al campo de batalla de nuevo. Algo me decía que esta vez, si no volvías con la victoria brillando bajo tu estandarte, no volverías nunca. Y lo hiciste, contra todo pronóstico peleaste hasta que la última gota de sangre fue derramada, y la última fracción de sudor fue secada. Sonreíste cuando viste el amanecer después de la larga noche y de los gritos que la asolaban. Abriste los ojos para vivir un día más. Ahora sí que sí, por fin, después de tantos meses de lucha, de tantas horas pegado a u

Ha llegado el invierno

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Que se abran las puertas del cielo y que los rayos lo destruyan todo. Que se alcen las nubes bañadas por el sol del amanecer y el  frío  de las estrellas, que la hermosura de la luna plena se confunda con el alba, que el corazón busque de nuevo lo que fue en el pasado, que vuelva a sus raíces, que vuelva a latir como antaño. Hielo. Llueve hielo, escarcha, nieve y fuego. Los vientos arrastran las hojas del otoño y las flores de la primavera bajo los cálidos rayos del verano, pero sigue lloviendo hielo. Cae y me insensibiliza la piel, me congela las articulaciones, me bloquea el riego. Me quedo quieto mientras noto como todo se abalanza sobre mí, como la realidad supera a la ficción, y las canciones, que antes eran recuerdos imborrables, ahora son puñales emponzoñados. Pero no los siento, porque sigue lloviendo hielo, escarcha, nieve y fuego. Se me congela la carne, ya no siento los huesos, comienza el profundo letargo. Ha llegado el invierno.