Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2023

La segunda de Minas Tirith

Imagen
Después de resistir la embestida de las hordas de Saruman en el abismo de Helm y de asumir Gandalf su nuevo rol en esta historia como mago blanco, el Gran Ojo decidió asestar con premura su golpe sobre la Ciudadela Blanca. Asediados por el frente y con la montaña en su retaguardia, con un líder demente que hubo que destronar a base coces de caballo, golpes de báculo e incineración con caída libre, se decidió plantar cara a las fuerzas de Sauron. Fue en esa batalla, apostados sobre la colina norte de los campos de Pelennor, que los miles y miles de caballeros de Gondor dieron lugar a una de las mayores cargas épicas que nos ha dado la literatura fantástica. Y cargaron, con furia y osadía, sin temor a la muerte. Fue en esa batalla donde los muertos volvieron a cargar una vez más para cumplir con su palabra, y donde los mercenarios que, a pesar de ser hombres como los asediados, realmente terminaron estando del lado de los orcos. Qué curioso, ¿no? Pero los hombres vencieron. Por s

La primera fue en Helm

Imagen
Cuando la Compañía había comenzado su andadura tras abandonar Rivendel y separarse por decisión del portador del anillo, la primera de las grandes contiendas del legendarium de Tolkien fue la del abismo de Helm. Durante la batalla, prácticamente las fuerzas lideradas por Théoden estaban a punto de ser aniquiladas mientras las hordas de orcos inundaban el patio. ¿Qué hacer cuando lo tienes todo perdido, incluso la esperanza? Creer en la salida del sol, en que, si todo está perdido, no hay absolutamente nada que perder. Se venció la batalla con los refuerzos inesperados de Gandalf y Erkenbrand, al mando del ejército del Folde Oeste. Al igual que ellos, hace cuatro años, salimos a la carga por el estrecho puente de piedra que comunicaba el portón con la pradera creyendo en una muerte segura, pero en la muerte colmada de honor por haber luchado hasta el último suspiro. Y del honor, la victoria. Sobrevivimos, y de qué forma. Creímos en lo imposible porque lo imposible sólo tarda un

De escudero a mago

Imagen
Decía el clérigo Jacques Bénigne Bossuet que Dios cuando borra es que va a escribir algo, y cuando hoy echo la vista atrás, veo que Dios lleva demasiado tiempo escribiendo sin borrar nada. Quizás tanto que esté a punto de terminar su próxima novela, y reconozco que estoy inquieto por su desenlace. De saber si el siguiente tomo será como una parada más, o si será el triunfo no definitivo de los buenos contra los menos buenos. Y es que esta mañana escuchaba a uno de esos mayores y sabios de la cultura popular decir que “Dios existe, y golpea con mano de hierro”. Me dijeron que era un dicho bastante común, pero la verdad es que era la primera vez que lo escuchaba. Puedo decir con orgullo que siempre he sido creyente, y que creo en que todo esfuerzo tiene su recompensa. Que creo en que el Universo conspira hasta límites que la razón humana quizás nunca llegue a entender, y que el agua no discute con los obstáculos que encuentra a su paso, si no que los bordea. Siempre los bordea. Hasta