Entradas

Marcapáginas

Imagen
Tengo dos libros talismán que releo de vez en cuando, y uno ellos es “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo. Un libro que iba destinado a Lorenzo de Médici sobre los rasgos que debería de tener un príncipe para ser capaz de reunificar Italia bajo una sola bandera. Siempre me resultó curioso que el término “maquiavélico” se usara para palabras despectivas cuando, posiblemente, este sea uno de los mayores tratados de política, filosofía y pragmatismo de toda la historia moderna. Pero como todo en la vida, nos acostumbramos a juzgar los libros por sus portadas en lugar de leer las páginas que hay en su interior. Maquiavelo le decía al Príncipe que: “Es mejor actuar y arrepentirse que no actuar y arrepentirse”, en una clara referencia al miedo que existe en nuestro día a día y que nos impide hacer aquello que deseamos. Ese miedo inspirado por la razón que pretende controlar al corazón. Que los límites que existen, en más de una ocasión, son aquellos que imponemos en nuestra mente. Porqu

30+2

Imagen
Lo que nunca te cuentan cuando cumples años es que mantienes los años ya cumplidos. Vas llenando mochila y hay días en los que, aunque tengas 32, puedes ser el inadaptado de los 16, el aventurero de los 24, o el crío que vivió esta historia que no le dejó otra opción que hacerse fuerte y leal. Que con el tiempo cambias, porque quedarse en la misma estación es no crecer como persona. Que quien me conoció el año pasado, tendría que decirle que me conozca de nuevo. Que he matizado mi color favorito, que he cambiado mi rutina, he focalizado mis metas y estoy más seguro de mí mismo. Ese maldito piscis de rebeldía incontrolable que no quiere dejar de sonreír aunque haya nubarrones en el horizonte; esa persona que cuando se levanta de la cama, el diablo tenga miedo porque se haya despertado. Y es que, si tuviera que definir este último año de vida en una sola frase, sería la de que lo hice con miedo, lo hice cansado y roto, lo hice inseguro. Pero lo hice. Y este año, lo seguiré hacien

Cadena de Márkov

Imagen
Aléjate de las dudas y de las cosas a medias, porque eso lo único que hace es agotarte de una forma totalmente innecesaria. Deja de pescar siempre en el mismo estanque del que sólo van a salir besugos pensando que aparecerá un pez espada, porque esa clase de ejemplares, solo están en mar abierto. Con los años aprendes que no se puede hacer algo a medias, y que tienes que ser egoísta si quieres seguir tu propio camino. La vida te enseña que, si no tienes algo por lo que sientas pasión, no tienes una vida que valga la pena. Que los miedos a lo diferente hay que vencerlos, porque al otro lado, hay más luz de la que te imaginas. El tiempo no vuelve, el pasado no cambia, así que vive el presente y, en el futuro, haz lo que te dé la gana. Que como ocurre con las cadenas de Márkov, la probabilidad de que algo ocurra sólo depende de su evento inmediatamente anterior. Y si está en tu mano que ocurra, haz que suceda.

Dominio

Imagen
Hay miradas que desatan huracanes de fuego contenido. Sonrisas que queman debajo de la piel. Deseos que no dejan de repetirse justo en el momento en el que nos quedamos dormidos cada noche. Día tras día. Sabes que esa es la meta, pero antes de llegar a ella, hay demasiados demonios y muertos a los que enfrentarse. Y no sólo por tu parte. De hecho, es un camino a ciegas que emprendes porque quieres y, porque si la intuición no ha fallado en los momentos importantes, algo me dice que no lo hará en este. Todo lo que vale la pena requiere de una buena lucha, y no hay batalla más épica que la que empieza en el interior de uno mismo; esa lucha en la que tendrás que decidir si quieres avanzar o mantenerte en el mismo lugar. Y como ocurre con las películas de zombis: quien permanece quieto, acaba por palmarla. Que los diamantes hay que pulirlos para que brillen, hay que cortarlos y desbastarlos, vapulearlos y trabajarlos. Que es necesario coger aire y seguir, aunque sea a ciegas, pero si

Intensito

Imagen
Nunca estarás listo para dar ese paso al abismo o ese salto desde el borde de un precipicio, y el motivo es porque el ser humano está diseñado para no enfrentarse a sus miedos. Porque nuestro cerebro está pensado para protegernos del peligro y, los cambios, requieren de riesgos. De arriesgarse. Y es por eso por lo que, para lograrlos, se sigue al corazón. Pero, ¿a qué le puedes tener miedo, si todos nos vamos a morir? Cada minuto que pasa es un minuto que estás más cerca del hoyo, y tú aquí pensando si las decisiones que quieres tomar le parecen bien a los demás. La vida merece ser vivida sin cortapisas, que para algo nos hemos criado con el Hakuna Matata. Que sí, que le llamen intensidad, pasión o ganas, pero esa es la diferencia entre vivir el tiempo que pasa o dejar que pase el tiempo. Y si por vivir sintiendo eres un intensito, es mejor vivir así, que no sentir en toda una vida.

Ovejas negras

Imagen
Me gusta la gente que pelea por sus sueños cuando todo el mundo le dice que hace una locura. Me gusta la gente que tiene miedo y sigue adelante, que hace oídos sordos a quien le dice que está cometiendo un error, que tiene el suficiente pundonor como para anteponerse a quien sea necesario para ser feliz. Me gusta esa clase de personas que están acumulando valor para dar ese paso. Que está a punto de darlo pero que le falta el tiempo suficiente para asimilar que no pasada por ser feliz y seguir a tu corazón. Que quien te quiere no necesita explicaciones, quien no te valora hará caso omiso de ellas, y a quien le des igual, le darán igual. Así que atrévete a vivir, porque tener miedo, además de agotador, es de débiles. Y tú no lo eres. Sé la huella en la vida de la gente que tú alma te pide que seas, y no acalles esa voz que te dice una y otra vez, como hacía el gran Mufasa: “Recuerda quién eres”. Porque es en las diferencias, irreverencias y rebeldías el lugar en el que reside la e

La canción del mar

Imagen
Las personas cambian cuando coinciden en el tiempo: que han aprendido demasiado, que han sufrido lo suficiente y que se cansaron de lo mismo. El cambio no es de la noche a la mañana, no es cuestión de días o semanas, y todo empieza con el valiente paso de aceptar que ese camino no es el que te hace ser tú mismo. Es aceptar la soledad como punto de partida y asumir que hay ramas del árbol que cortar. Pasas por ese periodo de glaciación universal aunque sea verano, ese tiempo en el que aprendes lo duro que es levantar de nuevo la fortaleza, y por ello no dejas que cualquiera entre en su interior. Esas semanas de ocaso estival en las que derrumbas lo que no sirve, echas del castillo a quienes restan energías en la reconstrucción y pones orden en tu casa. Con el otoño empiezas con las reparaciones y tapando solucionando goteras. Poco a poco te vas encontrando más fuerte, más seguro. Más tú. Que han pasado las estaciones, que se va acabando el invierno y se acerca la primavera. Que tod