Silencio


En ocasiones pierdes la cuenta de las veces que, a lo largo del día, piensas en rendirte. Lo único que sé es que siempre es una menos que los mantras que te repites cuando llega esa sensación.

No se trata sólo del agotamiento físico o mental, sino de los pensamientos intrusivos a los que tienes que hacer frente; esos hilos que se cuelan entre los bloques que forman las murallas que protegen el castillo.

No sólo tienes que construir, tienes que construir en medio de un asedio; en medio de una guerra que se libra extramuros entre los guardianes de la ciudadela y los demonios que, de vez en cuando, atacan con la intención de arrasarlo todo.

Es un equilibrio de fuerzas, de reorganización continua bajo una lucha encarnizada. De mantener lo que tienes, pero aspirar a un poco más. De inconformismo. De conquista continua para llegar a donde quieres llegar.

De mucha meditación y calma para acertar porque, para quien se ría de esto, he de reconocer que funciona; hablar poco y pensar mucho. Que como decía el sabio de Confucio: Una semilla crece sin sonido, pero el árbol cae con estruendo. El maravilloso poder del silencio.



Entradas populares de este blog

No enemies

Bordes de mapa

2k-25