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Mostrando entradas de marzo, 2013

El Secreto de la Noche

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Tengo la sensación de que te conozco y aún no te he tenido delante. La sensación de saber donde se oculta cada defecto y cada brillo de tu alma, cada roce y cada punto débil de tu cuerpo. Miro los eternos atardeceres bajo la luz de las luciérnagas, respiro los vientos del Norte cargados de agua de mar, y recuerdo un perfume que jamás he logrado oler. Te siento pero no te conozco. No entiendo la extraña sensación de saber que estás aquí, que tienes algo mío que levo tiempo buscando, que eres la pieza que le falta a mi puzzle y a mi camino. El mapa que complete este viaje. Por las noches cierro los ojos y te noto. Escucho los latidos de tu corazón en la música del silencio, en el sabor del frío, en el roce de tu vacío a mi lado. Pero como en cada ocaso Morfeo aparece antes de tiempo. Veo tu rostro dibujado en la oscuridad de la noche, pero me pierdo de nuevo en la luz del sol. 

Estoy Vivo

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Arrancas el papel pintado de las paredes y las tablillas de plástico, tienes las manos encharcadas en sangre pero es que todo te da absolutamente igual, arrancas el pasado que te lastraba, lo arrancas con todas las fuerzas que te nacen de los nervios, no de tu corazón. Dejas que la sangre te guíe, que el corazón corra desbocado como jamás lo ha hecho, que se tire miles de millares de millas gritando un alarido de guerra sin sentido como las palabras que estas escribiendo, simplemente dejas que la vida pase, te aferras a los clavos ardiendo que encuentres, y saltas. Saltas al abismo y a la boca de los infiernos con un simple botellín de agua como salvavidas, no quieres apagar un incendio, simplemente vas a comerte las llamas, comerte el fuego, y meter semejante zambombazo al mundo que nadie se creerá lo que has hecho, que nadie se creerá lo que has lo grado hacer. Es la hora. Es el momento. Que reviente todo que no pago nada. Que se caigan los castillos y las murallas, qu

Hall de Fama

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Caminas descalzo por el pasillo de la fama, sobre la alfombra roja siendo el blanco de todas las miradas. Sonríes, te encanta ser el centro del mundo, ¿O tal vez tienes algo preparado? Continúas por el camino de terciopelo, los fotógrafos se abalanzan, las mujeres se arrancan la ropa a tu paso y los hombres empiezan a hostias contra la policía, pero todo te da igual, pasas de largo, pasas de todo. Caminas hacia la puerta grande, las sirenas de policía iluminan la fachada del edificio, y los gritos y el ruido retumban en todos los rincones de la ciudad, pero pasas de escucharlos, no los oyes y no precisamente porque estés como una tapia, si no porque a palabras necias, oídos sordos. Los halagos de más y los insultos poco se diferencian, unos van de frente, los otros con los puñales bajo el pañuelo de seda. Continúas bajo la lluvia de fotos, focos y luces, caminas con la mirada fija al frente, y es entonces cuando la ves, esa persona oculta que está sentada detrás de los centen

Imposible

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Hoy he quemado la cinta que me regalaste y las fotos que guardaba en mi caja de latón. He aprendido que la vida no son dos días que vivir rápidamente, si no dos días de los cuales hay que disfrutar cada segundo con menos intensidad que el siguiente, pero con más que el anterior. Hoy he abierto esa caja que juré dejar cerrada. Encontré las promesas olvidadas del pasado convertidas en ceniza, ese trozo de papel con la palabra imposible tachada del día en que nos dimos nuestro primer beso, he quemado el pasado para que sea el abono de mi futuro. Los imposibles no son posibles solo contigo, los posibles, al fin y al cabo, se logran con cada latido, con cada sonrisa, y con cada sentimiento que aflora en el pecho. A veces vivimos demasiado tiempo con la vista en el pasado, pero es hora de que el mundo vuelva a arrancar de nuevo, de que los kilómetros se pongan de nuevo a cero, y de disfrutar de la que será mi última noche a tu lado. Porque los imposibles, al fin y al cabo, alb

Negro en negativo

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Lágrimas bajo la lluvia camuflada en forma de sonrisa. Compasión floreciente del brillo de tus ojos bajo el amanecer de la Luna, el aroma de tus pupilas verdes iluminando el atardecer azulado de la costa invernal llena agua, piedra y acero. Huele a papel recién impreso, a tinta quemada y a cuero curtido. El olor de la leyenda y de los libros rodea todo lo que tengo a mi alrededor, y el negro en negativo es el único color que manda en la estancia, lo único que mis ojos pueden ver. Entonces los cierro. Cojo aire en los pulmones y noto el viento que atraviesa el jersey, noto el aroma de tierra y de la historia que brota bajo los rayos del sol en el horizonte, abro los ojos, y entonces salto al vacío dejándome llevar por esa sonrisa que me hace perder el Norte. Dejad que ésta noche que empieza pierda el Norte de nuevo.

Las Manos

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Hace unos cuantos años, cuanto todavía era un  crío,  mi abuelo Miguel me dio una de estas enseñanzas que perduran a lo largo de la vida. Me dijo que se podía conocer perfectamente el carácter de un hombre o mujer en función de cómo te saluda dando la mano. En aquel momento con mis ocho años me quedé con una cara de gilipollas que merecía una foto, ahora, casi década y media más tarde, entiendo lo que me quería decir. Me decía que un hombre que da un apretón de manos con ganas, firme, y con fuerza,  es un hombre que no tiene nada que ocultar, que va de frente, y que tiene lo que tiene que tener y lo tiene bien puesto, pero que si te saluda con la mano relajada, o una de dos, o es medio manco, o no tenías que fiarte ni un pelo. Luego me hablaba de su apariencia, de que si eran manos limpias, suaves y con las uñas bien cuidadas, posiblemente en su vida tocara un sacho, una hoz, una guadaña, un aparejo de pesca, o cualquier herramienta que representara el sacar algo de com

This is me

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Siempre me he sentido muy orgulloso de ser como soy y de vivir como vivo, de ser simplemente una persona que no le debe nada a nadie, y que todo lo que ha conseguido ha sido a base de trabajo y de sacrificio, pero claro, luego aparece la mítica persona por la que pierdes el norte y empiezas a cambiar cosas que no deberías cambiar nunca. Que si tienes que ir a no sé dónde, que si tienes que estar pendiente de no sé quien… Una mierda. Menos mal que en esta vida siempre hay algo que nos ayuda a volver al norte. Luego vienen las risas de decir “¿Pero como cojones he podido estar con eso?” pero bueno, volvemos a las andadas, a las eternas noches sin Luna, a las aventuras por los caminos de la vida, a empuñar la espada y el escudo que tantas veces has empuñado ya. Tengo que recalcarlo. Me encanta mi vida, me encanta ser como soy, pero sobretodo, me encanta disfrutar de cómo vivo, y la libertad, es un precio muy alto que hay que saber pagar, y hasta ahora, el mejor postor qu