Desde el interior

Si algo he aprendido de lo último que he leído de Walt Whitman y su “Canto a mí mismo”, tras seguir la recomendación de un lector del blog, es que: “ Nadie, ni yo ni nadie, puede andar tu camino por ti; tú mismo has de recorrerlo. No está lejos, está a tu alcance”. Cada uno de nosotros tiene su propio camino que seguir; tiene sus batallas internas con las que lidiar y sus demonios a los que batir. De nada sirve lo que puedas opinar sobre una vida ajena que, en poco o en nada, se parece al camino que a ti te ha tocado recorrer. Que poco o nada tiene que ver contigo. Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma . Ya lo decía el propio Henley en su “Invictus”. Porque no hay ni maestros, ni dogmas, que puedan señalar el camino; el camino se encuentra dentro de nosotros, y cada uno debe de encontrar la valentía necesaria para transitarlo. Que las opiniones de los demás definidas como una verdad, como siempre defendió Søren Kierkegaard, son hechos subjetivos en base a la ex...