La Historia Interminable

-Necesito hablar de nuevo contigo.
+Vaya, parece ser que después de haber actuado como te ha salido de dentro durante los últimos meses has tomado la decisión de recurrir a mí… ¿Y si me niego?
-Eres mi guardián y mi guía. Estás en la obligación de hacerlo. Si a mí me va bien, a ti te va bien, recuerda que somos uno.
+Puedo irme ahora mismo y lo sabes.
-Vale, sí, tienes razón…
+ ¿Qué coño ocurre?
-¡¿Qué coño va a ocurrir?! ¡Es lo de siempre!
+Vaya por dios…
-No me hables en plan borde de mierda.
+Claro, ¿Pero cuando tú hablas con la gente te puedes poner todo lo chulo que quieras no? Una mierda, soy tu segundo corazón, soy tu cabeza, soy tu imaginación, soy tu interior y quién mejor te entiende, no soy ningún socialista hipócrita ni ningún bloqueiro que levanta la estrella comunista y viste de Tommy Hilfiger. Me mereces respeto.
-¿Y también pleitesía Su Alteza?
+Sí. Te recuerdo que las decisiones importantes de tu vida las he tomado yo, no el gilipollas que vive en tu celebro. Algún día tendré que echarlo de ahí… Me debe meses de alquiler el muy desgraciado hijo de puta. Además...  ¡Es que eres gilipollas! ¡Has hecho todo lo contrario a lo que te ha dicho!
-Precisamente he hecho lo que me ha dicho. No me quiere y punto, acepto su decisión.
+ ¿Y desde cuando te das por vencido? Debe de hacer mucho que no hablamos, pero recuerdo que siempre tenías por estandarte de batalla el no rendirse.
-Los imposibles también existen.
+Y ella volvió.
-Y se volvió a marchar.
+Eres gilipollas… Primero dejas que lo que te diga alguien que se dice amiga te haga tomar decisiones, después te crees que no te quiere… ¿Es que eres tan gilipollas que no te das cuenta de que si te sigue buscando es porque aún le interesas? Al margen del problema que hay con la gaviota aceptada como animal de compañía, hay cosas que nunca cambian. Te apuesto mi aorta que habló de este tema con ella.
-…
+ ¡No te calles ahora! ¡Es algo que te prohíbo!
-¿Qué sugieres? ¿La reconquista de la península ibérica a gran escala? Tengo temas más importantes que atender. Además, no estoy seguro de querer...
+ No amigo mío, simplemente tienes tantos temas para sacártela de la cabeza… No te engañes a ti mismo. A finales de este mes tienes una cita importante. Si triunfas, recuerda que el trabajo ha sido tuyo, pero la inspiración y las ganas jamás te pertenecieron. Si ganas vas a dar el paso.
-¡ME NIEGO!
+Me da igual que te niegues. A partir de ahora vas hacer aquello que yo te diga. ¡Estoy hasta los cojones de aguantarle oiga! Es hora de que dejes de escuchar los consejos de esa piedra que no siente, no vive y no ama.
-¿Y quién te crees que eres para decirme esto?
+ Aquel a quien juraste obediencia. Así que ahora mismo lo juras por tu honor de hombre, por los caminos del destino y por los motivos del universo. Si ganas, la buscas. Ella puede alegrarse, lo ha conseguido, los días sin estar a su lado serían como un precipicio, no hay salida posible. Te ha dicho que no te quiere y te sigue llamando, ¿Es que no la conoces lo suficiente como para saber que se guía por algo diferente a ti? Hablo de la piedra dura de su cabeza y del cormorán amorfo, y me da igual que se entere, soy tu parte impulsiva y rara vez me he callado.
-¿Y si no es así?
+Era ella quien temblaba con una caricia, quién lloró por el simple miedo a perderte ese día de verano cerca del fin del mundo, ¿Y aún tienes los cojones de preguntar si es lo que siente?
-Está bien… Solo si gano. Si no es así…  Esto no es algo que me guste repetir y está comenzando a ser una tradición.
+Por una vez en tu vida, en este tema, hazle caso al que sabe y no a lo que te digan o a lo que opinen. Eso te la funga sea quien sea. Siempre te han gustado los casos difíciles, y ahí solo puedo ayudarte yo. Hazme caso a mi. Hazle caso a tu corazón. 

Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Nothing or all