Diferente

Hay una historia o tal vez una especie de leyenda que me contaron cuando era pequeño. Una historia que narra lo siguiente. Hace mucho tiempo, había un granjero que se dedicaba a criar pájaros en uno de sus cobertizos. Nació uno que era más grande y que con el tiempo se volvió el más rápido de todos. El más veloz. El más fuerte. Como tenía mejores cualidades que el resto, le pintó las patas de diferentes colores para poder distinguirlo pero... Cuando llegó el momento de soltarlos, todos y cada uno de los pájaros de la bandada lo atacaron y lo mataron. Simplemente por ser diferente a los demás. 

En esta vida ser diferente es sinónimo de dolor y persecución. Es ser sinónimo de miradas cargadas de ira, de odio, de indiferencia. De un camino que comienza con una cuesta cargada de piedras, de espinas, de lágrimas, de soledad. Un camino que siempre toca caminar solo pues parece ser que nadie logra entenderte.

Cada persona tiene sus secretos, sus defectos, pero aquellas que logran controlarlos, que se enfrentan a ellos y admiten cuáles son sus fallos, son aquellas personas que logran a base de perseverancia y lucha llegar a buen puerto. Llegar tan lejos que los que antes te miraban con todo ese rencor, con esa mirada llena de un despotismo absoluto, ahora solamente pueden agachar la cabeza cuando pasas a su lado. Simplemente, porque has sabido aguantar, perseverar y continuar hasta alcanzar tus metas. Hay algo de lo que pueden presumir las personas diferentes y es de tener un espíritu de lucha sin parangón, de pecar de orgullo porque cuando se encontraban solos éste era su única arma, pero de lo que siempre podrán presumir, es de llegar lejos, muy lejos, tan lejos que aquellos que los martirizaron en el pasado, nunca jamás los podrán volver atrapar, pues se habrán convertido en auténticos dioses.

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