Puerta del Sur
Es en los momentos de mayor
cansancio y tristeza cuando el cuerpo debe de encontrarse en calma. Cuando veas
que el reloj del martirio baja lentamente haciendo que cada segundo sea una
puñalada en tus muslos y el sudor de tu frente se te meta en los ojos cegándote
por completo.
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Será en ese momento en el que
estás solo ante tu propio sino en el que tendrás que encontrar la fuerza para
levantarte a ti mismo. Para bucear en ese rincón que hay en el lado derecho del
pecho donde late oculto un corazón invisible motivado por la pasión, la fuerza
y el ímpetu aletargado.
Es en los últimos minutos que,
cuando tu mente ya se nubla, el cansancio encuentra el resquicio para plantar
su semilla, para obligarte a cesar en tu empeño, en tu meta, en tu sueño.