Come with Me

Ven conmigo ahora, porque te voy a llevar allí. A ese lugar abstracto que habita en todos cuantos lugares ha pisado el hombre sin miedo a perder el control, atrapados en este mundo cargado de aliento perdido que exhala en los últimos suspiros.

Nací sin este miedo, y ahora resulta curioso que esto sea lo único de lo que estoy seguro en mi vida. Necesito moverme, tengo que luchar, necesito perderme esa noche contigo, necesito morderte el corazón. Traté de vender mi alma la pasada semana a un mercader de mala muerte para pagarme un par de botellas de ron, pero no me la aceptaba como moneda, no estaba al nombre del titular de la línea, así que decidí abrir la boca para besar el aire que respirabas y emborracharme de ti.  

Muy lejos llegaba el eco de tu voz llamando por mí, que no tardara, que me perdiera contigo, que me tirara toda la noche comiéndote hasta el amanecer, y resulta curioso que eso sea lo único que deseo.


Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Ratón y mantequilla