Cebollas

No siempre todo sale como uno desea, y es que la vida puede llegar a ser tan complicada que nos sorprendemos cada día con las vueltas que dan las cosas. Supongo que como dicen los viejos, es cuestión de no rendirse nunca, de seguir mirando al frente y caminar a base de pico y pala.

Siempre duele cuando se quiere avanzar pero tienes que soltar lastre para hacerlo. 

Al principio es jodido, pero es la única forma de caminar hacia adelante conservando la esencia de lo aprendido, y estar dispuesto a recibir lo que está por llegar. Es como las cebollas: cuando empiezas a quitarles capas para llegar hasta el corazón siempre te vas dejando alguna lágrima por el camino.

La vida es dura, e hija de puta si se me permite, pero es por ello que siempre hay que buscar las rendijas por las que pasa el aire entre los grandes muros de piedra, buscar la tierra suelta en los cimientos de las grandes murallas para, si no pueden saltarse, abrir un boquete con TNT en sus pilares tirándolas abajo.

Nunca hay que rendirse, porque mientras exista la vida existirá la esperanza, y lo mejor siempre está por llegar.


Entradas populares de este blog

No enemies

Piedra y agua

Ratón y mantequilla