Con Gaseosa

Cuando se experimenta en casa se suele hacer en un entorno controlado, a una presión que se puede medir e incluso cuantificar con valores que están o bien tabulados, o bien se obtienen de forma empírica después de varios ensayos de error-acierto.

Hay experimentos que tardan más tiempo que otros en terminarse, no obstante, como decía Sun Tzu en El Arte de la Guerra, “si quieres fingir debilidad para inducir arrogancia a tus enemigos e incluso conocer su estrategia, primero has de ser lo suficientemente fuerte, porque solo entonces puedes pretender ser débil”. 

Una vez se analizan los resultados del experimento, se toman las decisiones en base a esos datos. Decides si vale la pena apostar a un gran reto o quedarte en casa tapado con una manta en el sofá, y por supuesto, siempre pesará más ganar la guerra que renunciar a presentar batalla.

Si algo se aprende de los experimentos es que se hacen en casa y con gaseosa, y que si salen bien, te enseñan a usar a tu enemigo para derrotarse a sí mismo.


“Si vis pacem para bellum”



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