Pride

No es para nada fácil estar siempre al pie del cañón. Algunos amigos decepcionan, y hasta el pueblo parece que se desangra poco a poco, creo que comienzo a estancarme, aunque realmente, creo que llevo estancado algún tiempo.

Pero… ¿Y?

Sigo predicando con el “si quiero algo voy a por ello”, nadie me lo impone, es algo de mi propia cosecha. No puedo dejar algo sin terminar, y menos si hay gente que piensa que no lograré acabarlo. No voy a negar que encuentro tentador ese juego, ese tira y afloja, y nunca he cesado en algo hasta que no he vertido las últimas gotas de sangre, sudor, y lágrimas. 

Si caigo me levanto, si me hundo levanto la cabeza, porque a día de hoy no tengo que bajarla ante nadie.

Sí, estoy orgulloso de seguir cuando mucha gente ni si quiera han pensado que sería capaz de llegar hasta aquí, y es de este orgullo del que saco las fuerzas suficientes para seguir adelante, y me da igual lo que se diga, pero no acepto lecciones de personas que en su vida no han sido responsables de nada, ni si quiera de ellos mismos.

Me siento orgulloso de los que me dieron como caso perdido, orgulloso por aquellos que creen que he fracasado y que creen que no llegaré  más allá de donde estoy ahora, porque para los que piensan que esta forma de vida es perder el tiempo, para mi es seguir adelante por el simple placer de darles en la boca.



Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Ratón y mantequilla