Ruinas

Llega ya el amanecer de una vez. Destruye las sombras y elimina los sueños para no soñar nunca más. Vuelvo a ponerme los grilletes en los tobillos para levantarme otro día como un esclavo del mundo. Se va el verdadero Sol. Esa luz que quema mi corazón, se traga la oscuridad y mata por esperar.

Vuelvo a las ruinas de la ciudad destruida que antaño fue la más grande de toda una civilización. Una tierra que destruí con mis propias manos para dejarte libre mientras el tormento de la noche avanzaba sobre mí ser.

Sería mágico y sobrenatural el caminar hacia atrás y decir que no te vayas, que eres lo único que me deja sin aliento, que quiero quedarme a tu lado hasta que la Luna sea más grande que el Sol. Pero ya es tarde.

Y es entonces cuando me refugio entre los cascotes del que fue nuestro palacio de verano, y todo lo que siento, me sienta bien.

 Creo que me estoy volviendo loco, pero al fin y al cabo, no lloraré esta noche. Tenlo por seguro.

Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Nothing or all