"A los recuerdos, prefiero llamarlos cambios."

         Antes de comenzar, me gustaría decir que ojalá pudiera escribir algo más en el blog, pero los examenes me empiezan para la semana y buuf... Se va hacer cuesta arriba escribir a mi antiguo ritmo de entrada por día, no obstante, prometo que cuando los acabe intentaré volver a ponerme a ello, ya que tambien tengo que seguir escribiendo mi segundo libro que lo tengo ahí parado. Ahora sí, empecemos...

        "Las cosas que me ocurrieron ayer de noche me obligan a escribir acerca de algo, de los Recuerdos. Aquellos que guardamos en nuestra memoria y por los que luchamos para que nunca se borren. Momentos inolvidables en la vida de las personas que luchan por no caer en el olvido y por seguir ahí latentes, para bien o para mal, para recordarnos que alguna vez fuimos felices y porque no, tambien desafortunados. Hay recuerdos que permanecerán toda la vida porque marcaron un antes y un despues, porque lograron traspasar la efímera línea que difiere lo imaginario de lo real y se han implantado en nuestra vida para no poder escapar jamás. Amores, sonrisas, viajes, besos, abrazos, miradas... Todo aquello que nos ha forjado como personas por las experiencias en nuestra vida, todo aquello que nos hace más fuertes y a la vez mas vulnerables. Amigos que mueren y otros que aparecen de la nada, momentos que nunca pensaste vivir y experiencias que juraste no repetir, pero aún así, acabaste cayendo en la tentación. Yo soy de las personas que guardan objetos de momentos importantes de su vida. Las tengo guardadas en una cajita de latón debajo de mi cama. Ahí tengo cosas para recordarme de los momentos vividos y que pueden ser rescoldos del pasado, pero que cuando tocas de nuevo esos objetos, cuando estos reaccionan al tacto, crean las imágenes del pasado en tu memoria. Guardo el resguardo de los billetes de mis viajes a Roma y a Barcelona, guardo una planta que traje como prueba el dia que aposte cruzar la ría de Ferrol a nado y que gané demostrandome a mi mismo de lo que era capaz, guardo una foto de unas murallas romanas para recordar a mis amigos de la infancia, y guardo el cartucho de una escopeta que podría haber segado la vida de alguien por accidente. Hoy he metido en ella una cosita más. Una cosa tan vulgar como son dos tickets de bus grapados, de ida y de vuelta, porque algo me dice en mi interior, que estos marcaron un antes y un despues en la vida.

"Hay momentos en la vida cuyo recuerdo es suficiente para borrar años de sufrimiento." - Voltaire

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