Entradas

Tiempo de descuento

Imagen
Hay ocasiones en las que parece que la vida te lleva por caminos que nunca pensaste tener que transitar pero que, al mismo tiempo, algo desde tu interior te dice que es necesario. Somos equilibrio y balanza; el sumatorio de fuerzas igualado a cero. Hay decisiones que cuesta tomar, algunas mucho más que otras. Pero cuando tienes establecido un rumbo y todo parece tan claro y definido que apunta en esa dirección, cuando el viento rola ahora en popa y el horizonte se abre ante los ojos, no hay más sentido que seguir la brújula. Aunque esto, tal vez, no sea lo que los demás quisieran. Dicen que hace falta valor para defender lo que uno piensa sin ceder al chantaje ni a la presión de grupo. Que hace falta valor para mantener la vela encendida en medio de la tormenta; que hace falta valor para cambiar permaneciendo contigo mismo. Nadie debería juzgarnos sin conocer los miedos a los que nos hemos enfrentamos, pero tampoco tiene sentido vivir dando explicaciones por ello. 

Desde el interior

Imagen
Si algo he aprendido de lo último que he leído de Walt Whitman y su “Canto a mí mismo”, tras seguir la recomendación de un lector del blog, es que: “ Nadie, ni yo ni nadie, puede andar tu camino por ti; tú mismo has de recorrerlo. No está lejos, está a tu alcance”. Cada uno de nosotros tiene su propio camino que seguir; tiene sus batallas internas con las que lidiar y sus demonios a los que batir. De nada sirve lo que puedas opinar sobre una vida ajena que, en poco o en nada, se parece al camino que a ti te ha tocado recorrer. Que poco o nada tiene que ver contigo. Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma . Ya lo decía el propio Henley en su “Invictus”. Porque no hay ni maestros, ni dogmas, que puedan señalar el camino; el camino se encuentra dentro de nosotros, y cada uno debe de encontrar la valentía necesaria para transitarlo.  Que las opiniones de los demás definidas como una verdad, como siempre defendió Søren Kierkegaard, son hechos subjetivos en base a la ex...

El pacto de Ulises

Imagen
Los momentos de lucidez son parecidos a esos intervalos en los que el sol atraviesa las nubes en un día nublado; son esos instantes en los que estás en medio de una batalla campal y tienes dos segundos para coger aire antes de seguir blandiendo la espada. Es en estos momentos donde la calma te permite pensar que cierras un pacto con Ulises. Cuando el héroe de la mitología griega navegaba por las costas de Sirenuse en su regreso a Ítaca, pidió a su tripulación que lo amarrara al palo mayor y que ellos se echaran cera en los oídos para no escuchar el canto de las sirenas; levantó barreras para evitar apartarse de su rumbo. Fue su amor a Penélope lo que le hizo enfrentarse a todas las pruebas que le impusieron los dioses para regresar a su hogar.  El dolor de estar lejos de quien comparte el corazón durante veinte años.  Fue su amor lo que le empujó a la acción de encadenarse al mástil y de enfrentarse a los retos de los dioses; f ue su decisión de ser un francotirador que ...

Dante

Imagen
Dante bajó al infierno de la mano de Virgilio y recorrió cada círculo hasta llegar a las murallas de la ciudad maldita. Los demonios que vigilaban Dite inspiraban temor para que sólo los condenados pudieran traspasar su puerta; una puerta que tenía grabada la frase: Abandonad toda esperanza, vosotros que entráis. Pero las puertas de Dite ya estaban abiertas porque sus goznes se habían roto con anterioridad, mucho antes de que Alighieri se atreviera a iniciar ese viaje, y los rompió quien descendió a los infiernos para resucitar al tercer día. Los demonios, como no podían hacer otra cosa que asustar para evitar que se cruzaran las puertas tras la intervención divina, no pudieron impedir que Dante siguiera su camino. Hace setecientos años ya perseguían esa máxima de que, si te da miedo, lo haces con miedo. Y cuanto más desciendes, más estrechos y profundos son los círculos; más pequeños y difíciles de superar. Cada vez más duros, como si la gravedad se condensara en el aire y se ...

Facta, non verba

Imagen
En cientos de miles de años desde que se tiene conocimiento del primer homo sapiens , nuestro cerebro aún mantiene el miedo como mecanismo de seguridad. Ese miedo que, cuando tenemos algo delante que nos saca de nuestra zona de confort, puede manifestarse de las formas más desconocidas. Decía Voltaire que lo mejor es enemigo de lo bueno. Que buscar la perfección extrema no hace otra cosa que postergar el presente a un futuro incierto. Que, como dice James Clear, nos contentamos con un “ponemos en marcha” en lugar de actuar, y todo por un motivo: el miedo al fracaso. No hay nada peor que planificar eternamente con la excusa de hacerlo lo mejor posible, y doparnos con la sensación de que estamos haciendo algo. Facta, non verba . La importancia de las acciones sobre las palabras y de desarrollar el carácter para lograrlo. O por lo menos, esta es la conclusión que he sacado tras calzar de nuevo los patines después de varios años sin hacerlo. “Retomar algo que dejaste y te gustaba”;...

Silencio

Imagen
En ocasiones pierdes la cuenta de las veces que, a lo largo del día, piensas en rendirte. Lo único que sé es que siempre es una menos que los mantras que te repites cuando llega esa sensación. No se trata sólo del agotamiento físico o mental, sino de los pensamientos intrusivos a los que tienes que hacer frente; esos hilos que se cuelan entre los bloques que forman las murallas que protegen el castillo. No sólo tienes que construir, tienes que construir en medio de un asedio; en medio de una guerra que se libra extramuros entre los guardianes de la ciudadela y los demonios que, de vez en cuando, atacan con la intención de arrasarlo todo. Es un equilibrio de fuerzas, de reorganización continua bajo una lucha encarnizada. De mantener lo que tienes, pero aspirar a un poco más. De inconformismo. De conquista continua para llegar a donde quieres llegar. De mucha meditación y calma para acertar porque, para quien se ría de esto, he de reconocer que funciona; hablar poco y pensar much...

F.F.

Imagen
El Final Fantasy debe su nombre al intento desesperado de su creador, Hironobu Sakaguchi, de salvar su carrera después de varios fracasos en la industria de los videojuegos; un juego cuyo título, en palabras del autor, surgió de los sentimientos de ese momento al que se enfrentaba. Y vaya si salvó su carrera… Más de XVI ediciones sin contar los Advance desde 1987 hasta el día de hoy y previsión ya de la nueva. El caso es que Sakaguchi fue de fracaso en fracaso hasta lograr crear una de las mayores historias de todos los tiempos. Historias cuyas enseñanzas en algún momento nos ayudaron a salir de un pozo y a darnos cuenta de que, si no somos nosotros los que queremos salir, nadie va a venir a sacarnos. No porque no quieran hacerlo, sino porque no pueden. Es nuestra elección. Hay gente que es feliz siendo un crío toda su vida, y otra que asume que puede aspirar a algo más. Y eso es lo difícil. Porque aspirar a algo más implica crecer y, lo más difícil de crecer, es tomar la decisió...

Botellas

Imagen
Hay historias que, dicen las meigas , están predestinadas. Que están por encima de lo normal, de lo convencional y de lo de siempre. Historias que se escriben en cartas que se envían a sabiendas de que no serán recibidas, pero que se escriben para poder dejar de pensar en ellas. Como esos mensajes que antaño se guardaban en botellas que se perdían en la inmensidad de la mar. Mensajes en los que se descarga el peso que se acumula; hojas de papel que se amontonan formando un libro que no deja de crecer y que surgió de la nada. Un libro que no se contaba con escribir; las cartas de un capitán exiliado a la espera de terminar su misión. Y sigues adelante; gastando las huellas de los dedos, la tinta del bolígrafo y los atardeceres al lado del mar, pero sin ser el dueño de ti mismo. Que, como dijo Rafiki en la película de Mufasa: el ojo nunca olvida lo que ha visto el corazón.

Salmón

Imagen
Hay personas que desde pequeñas suelen ser diferentes; que van a contracorriente porque no saben ser de otra forma y no por una cuestión de rebeldía, aunque, con el tiempo, se termine convirtiendo en una especie de marca personal. Simple y llanamente, no saben ser de otra forma. Siempre se dijo que los salmones sólo nadan con la corriente a favor cuando están muertos, y reconozco que existe cierto orgullo de haber nacido bajo el signo de Piscis. Cuando empiezas a navegar entre varios mundos profesionales te das cuenta de que la gente que aporta un valor diferencial a un proyecto o causa, es la gente que se sale de lo común. Que, como reza un dicho japonés al que ya le he dedicado algunas líneas: el árbol que crece recto termina convertido en tablas, pero el que crece retorcido sigue con su vida. Y es que en la vida, tanto la profesional como la personal, va de no querer parecerse a la normalidad aparente de los demás. De ser muchas veces incomprendido y no tener una doble cara po...

Astillero

Imagen
No hace mucho me vino a la mente una de estas frases que sueltas siendo un crío y que, no sólo la sueltas, sino que tienes las perlas reales de escribir sobre ella. He rebuscado en este blog hasta encontrarla; año 2011, víspera de un campeonato de España de remo. La frase en cuestión, vamos a omitirla. Si tuviera que pensar en qué momento de la vida ajusté las revoluciones, lo cierto es que no sabría decirlo. Pero, a la vista de los hechos, en algún momento tuvo que ser.  Como dicen los sabios: Xente nova e leña verde, todo é fume . Con los años te das cuenta de que no es la grandeza de la llama lo que importa, sino la intensidad y la constancia con la que ilumina. De nada sirve calentar un cazo con agua en una pira de 3 metros de leña si el fuego sólo dura 10 segundos. Es la disciplina lo que hace que la llama no se apague. Lo que te mantiene a flote cuando la motivación no lo hace. Es el enorme esfuerzo que hay detrás de la constancia; es tener autocontrol y autoliderazgo aun...