Polifonía


Quizás, si un día pusiéramos en una balanza nuestros temores, nos daríamos cuenta de que el plato del contrapeso lo tenemos vacío. Que tendríamos que llenarlo de razones y motivaciones para enfrentarnos a todos esos miedos que, por supervivencia, nos hacen quedarnos dentro de nuestra zona de confort.

Quizás, en lugar de medir los días en horas, tendríamos que medirlos en el número de veces que realizamos algo por primera vez, o quizás en el número de miedos a los que nos enfrentamos. A esos terrores absurdos como es el subirse a una montaña rusa, o cuando pruebas el pepino y la soja pensando que saben a rayos y terminan dándote una sorpresa.

Porque con miedo uno nunca arregla nada, porque fingir no es vivir, y porque todos los días de tu vida, los buenos y los no tan buenos, te han estado preparando para este momento; para el momento en el que decides ser feliz.



Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Ratón y mantequilla