Kilómetros/hora


Que cuando uno decide embarcarse en viajes que tienen un billete de ida siempre lo hace pensando en si debe coger uno de vuelta, por si acaso. Porque nunca se sabe. Pero no lo haces porque sería cortar las alas a los sueños, y como se dice: Si me estoy haciendo ilusiones y me están quedando preciosas, ¿para qué  dejar de hacérmelas?

Porque ese es el motor de nuestra vida. La ilusión, las ganas, las aventuras que vives y sientes en el interior sin importar el dónde, ni el cuándo, ni tan si quiera un porqué. 

Porque no se trata de los kilómetros ni del tiempo en recorrerlos, si no de la causa por la que los recorres. Porque no existe frontera física ni mental si en el corazón late un sentimiento que nubla la razón y para el tiempo. Que pone freno a lo pesado del día y lo transforma en la tranquilidad de la noche.

Porque todos y cada uno guardamos secretos en nuestro interior, y el truco es dar con quien te lo saque todo sin necesidad de preguntar.



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