Hwang-ho
Sentirás en algún momento de
tu vida la necesidad de saltar y de olvidar el punto de partida, de enfrentarte
a los elementos y de olvidar las causas perdidas, porque al fin y al cabo, tú
has acabado siendo una de ellas.
Sé feliz. Hasta el punto en el
que cuando vayan a preguntarte hacia dónde vas, respondas que lo verás
cuando llegues, porque si algo hemos aprendido de Gandalf es que un mago nunca llega pronto o tarde, si no en el momento
en el que se lo propone.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkkGDfkYyP-VyfO2fhZaRY89k8Dzz6u5RZ-oGA2F7dpWl2cW0shBKIQkU84GZKmZjNKVJJfcPtQtZrKLirivMB9ENg5g5tDzE_eNoj4_uSvDABEvBa2K-6YQeVZIrWOFJSe1H6GMgR-GtY/s320/409235.jpg)
Que el querer, como leí en
algún lado, es poner en la mano de alguien el poder de destruirte sabiendo que no
lo usará nunca, y que los que revisten su corazón con granito, acaban por
convertirse en enormes estatuas de piedra.
Que si en polvo somos y en
polvo nos convertiremos, quizás se deba a esa persona, si es que existe, que
pulverice la piedra hasta hacerla arena de playa, y transforme los atardeceres en el mar en un lingotazo de sol.
Que apague la luz de la oscuridad, por el simple placer de compartir las
tinieblas.