Una más

Las conjunciones astrales acaban siendo muy perras. Nunca sabes las sorpresas o los malos tragos que te vas a acabar encontrando. Pero cuando estos llegan, siempre es para significar algo, para dejarte una marca, una cicatriz, otra más en el haber.

No pasas miedo, es una sensación distinta. De esas que te quedan para siempre.

Había algunas personas temblando, pero cuando estas delante de esas puertas es como que todo es más tranquilo, más pausado, más maleable. Es una de esas sensaciones que por más que nos matemos a escribir jamás podremos definir a la perfección. 

Entonces me acordé de él.

Jamás valoré tanto como en estos días el valor que tuvo que tener en el pecho, el miedo que tuvo que sentir él solo frente a todo aquello, frente aquella luz, el metal, el incesante pitido que te acompaña desde el principio hasta el final de tu camino.

Ha sido su valor, y no otro, el que me hizo llegar hasta aquí. Desnudo y desprovisto de cualquier recuerdo, tan solo armado con esa misma sensación que tuvo al enfrentarse contra lo que hubiera al otro lado de esas puertas de plata.


Gracias por haber caminado conmigo a través de esa calle adoquinada y gris. Esta batalla ha sido gracias a ti. Sigo caminando. Sigo persiguiendo esa estrella. Sigo detrás de mi sueño. 


Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Nothing or all