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Quizás no le dediquemos el tiempo suficiente a esa persona que nos aguanta y que nos soporta, que en muchas ocasiones es con quien sobrellevamos nuestras subidas y bajadas, a quien le contamos nuestras penas y glorias, a quien le susurramos los planes del porvenir.

Releyendo el blog para un proyecto que tengo entre manos, encontré una de esas frases que tanto usé en esa época principiante, si es que esta etapa acabó en algún momento. Una de esas frases que surgió un lejano 9 de enero y que, gracias a Dios y al tiempo, no ha perdido significado alguno: Llámalo “Amor” si amas con el corazón; “Locura” si amas con la cabeza.

Con el tiempo le he encontrado por fin significado a esta frase nacida de un instante de inspiración, pues para amar con el corazón es necesario enfrentarte a todos cuantos miedos encontrarás en tu vida, a todos cuantos obstáculos aparecieran en tu camino, con el fin último de ser feliz.

Querer amar siguiendo los dictados de la razón, es amar siguiendo una medición, y como dijo San Agustín: "La única medida del amor es la de amar sin medida", y no tengo mejor medida que el tiempo que paso contigo.



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