Embatado y lo que surja

En estos días he aprendido a valorar lo que es el poder tener libertad. El no tener que depender de nadie para salir de casa y que conduzca por ti, o el hecho de no tener que estar en el sofá leyendo 16 de las 24 horas que tiene día.

Durante este tiempo, que previsiblemente me espera durante al menos un par de días más, tengo literalmente las ganas de querer arrancarme un pie. Ahora entiendo a nuestros mayores cuando no pueden salir de casa y se tiran toda la tarde embatados viendo la televisión, y de porqué la jubilación acaba siendo el mayor asesino de esta sociedad. Que me digan lo que quieran, pero claramente la ausencia de libertad debe ser catalogada como una asesina en serie. 

Tienes ganas de hacer cosas, de entrenar, de ir a sitios, de quedar para tomar algo sin tener que depender de un taxi en la puerta… Es esa horrible sensación de dependencia que supongo pasarán todas aquellas personas que tengan algún tipo de problema de movilidad.

Porque el estar durante una semana por prescripción médica sin moverte por culpa de un talón rebelde da para pensar mucho, entre otras cosas, para darse cuenta de que no debes intentar controlar tu vida, tan solo dejar que fluya. Es ahí cuando comienza la verdadera diversión de enfrentarte a lo que pueda venir.



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