Moral e Ideal

Cuando las situaciones se hacen difíciles es cuando las personas sacamos lo mejor de nuestro interior, y si las causas valen la pena, nos ponemos la coraza, nos armamos hasta los dientes y si se muere, se muere matando.

Si se defienden unas creencias, un pensamiento, una forma de ver la vida, hay que hacerlo hasta el final. Hay que afrontar que no todo el mundo piensa como tú, gracias a Dios, pero sobre todo hay que tener una voluntad de hierro que te impida doblegarte a lo que los demás quieran. Negociaciones las que quieras, totalitarismos los justos.

Si tuviera que hacerme otro tatuaje sería la frase que más me ha marcado en esta vida, y que forma parte de un documento que cambió la historia de toda la humanidad. Es una frase que acarreó un levantamiento sin precedentes y que inundó los corazones de la gente hasta desbordarlos de voluntad de cambio. Una frase que he usado en muchas ocasiones, pero que hoy cobra el significado real por el cual fue escrita. 

“Cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar a ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad.”

Cuando vas en unas listas te presentas por un programa, por unos ideales, y siempre hay que defenderlos hasta el último aliento. Eso es lo que pide la gente a los políticos de ahora y yo por lo menos, pienso cumplir con todos y cada uno de nuestros votantes.


La moral no está en venta, y los ideales tampoco. Aquellos que venden su integridad, deberían de sopesar si de verdad les merece la pena participar en la política.



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