Bad Game
Hay
decisiones que pesan en el alma, otras que pesan en el corazón, y otras que por
pesar, les pesan más a otras personas que a ti mismo. Pero hay un buen
dicho gallego que nunca dejará de tener razón, y es que nunca chove a gusto de todos.
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Toda acción tiene su reacción, ahora, ¿qué precio se está dispuesto a pagar a cambio de ser fiel a uno mismo, y a lo que uno defiende? Hay reacciones con un precio alto a pagar, con un precio que ni el oro, ni el diamante, ni absolutamente nada material pueda pagar. El precio que yo estoy dispuesto a pagar es que no haya paz para los malvados, incluso si tiene que ser a mi propia costa.
Lo bueno que tiene el vivir esta vida sin depender de nadie, es que puedes ser fiel a ti mismo y a tus ideales por encima de lo que te digan que puedes o no puedes pensar, por encima de lo que puedes o no puedes decir.
En
este juego la única regla inquebrantable, es no fallarte a ti mismo.