La Rosa y la Espada
No sé qué pelotas hacer, que si cambio,
que si camino, que si mi destino lo mece el placer, si mis sueños no son más
que cortinas de agua y mis metas el futuro a sobre poner, si me guía una brújula
o mi forma de ser. Si el viento del norte es mi guía, si la noche es mi
cuartel.

Danzan las espadas bajo las estrellas y
brillan los ojos a luz de ellas, con el sonido del mañana que tintinea al
viento, con la conjura de mi simple pensamiento, con el poder y la maña de la
hazaña, con lo imposible como mañana, con la fuerza del viento, de la rosa, y
de la espada.
Que dé comienzo la cruzada aplazada; que suene la corneta, que comience la
batalla.