Vuelapluma
Escribo
a vuelapluma sobre el papel viejo y arrugado mientras la tinta, sangre de mi
sangre, desgarra el destino frustrado sobre los renglones torcidos de este
mundo, sobre el destino que nos ha tocado vivir a cada uno de nosotros y que
solamente podemos cambiar por voluntad propia.

Vuela
la pluma, se carga la tinta del tintero, y entonces comienzas a tomar vida,
comienzas a latir con la fuerza de los mares y el ímpetu de los vientos, con la
vida propia que solamente Dios puede darte.
Y
cuando acabo, me doy cuenta de que sobre ese papel lo único que he hecho, ha
sido escribir tu nombre.