Tetrafantasía


No sabría cómo describir la sensación.

Es la misma, sea cual sea el aeropuerto. Sea cual sea el número del avión o la ruta, pero es la misma sensación; Es la sensación del calor en el estómago, de la música adecuada sonando en los cascos, del corazón desbocado, de la intensidad de los pensamientos que te llevan al mismo punto de siempre: que no hay miedo a volar.

Que no hay miedo a enfrentarse a lo que venga. De tener la certeza de que vuelas sin mochilas porque la única mochila que tienes es la tuya, con tus rarezas como todo hijo de vecino, pero con la ilusión de un niño que tiene delante la oportunidad que muy pocos tienen.

Puede ser cierto eso de que hay gente que nace con estrella, y otra que nace estrellada, pero prefiero quedarme con esa enseñanza de que cuanto más te sacrificas, cuanto más arriesgas y cuanto más te entregas; más ganas.

Por eso de cumplir la máxima de que la suerte siempre ha favorecido a los audaces. Que lo siga haciendo.



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