Partis temporus


Porque puede que no tengas tiempo para otra cosa, pero a día de hoy, sobra tiempo para hablar con uno mismo. De pensar en las decisiones que has tomado y quién has sido. En las personas a las que has hecho daño y a quien has ayudado, a quien quieres parecerte o incluso, a quien deseas superar.

Porque puedes pensar en todas esas personas que son imprescindibles, y que de pronto ya no puedes ver. Que las llamadas por teléfono o los Whats App no quitan los abrazos que nos debemos y queremos dar, y que si algo que tenemos que aprender de un virus que tiene en su nombre la palabra corona, es que hemos jugado a ser reyes inmortales sin importar el porqué. Porque un día sales por la calle, tocas lo que no debes y corres el riesgo de morir. 

Quiero creer que algo ya ha cambiado dentro de todos nosotros, por lo menos de aquellos que creemos que la vida realmente son dos días y que uno lo pasas durmiendo. Que los besos en la mejilla de un ser querido valen más que el teléfono de última generación que esté en el mercado, que escuchar un te quiero susurrado al oído y no por teléfono, es lo que de verdad eriza la piel. Que el tiempo puede partirse para seguir rodando. 

Y porque la esperanza de salir de esta para estar con aquellas personas a las que queremos y echamos de menos, es más fuerte que cualquier encierro que se tenga que pasar. Porque es mejor un beso y besar dentro de dos meses, que el no volver a besar en tu vida. #QuédateEnCasa



Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Nothing or all