Ser Boris


Ser Boris Karloff, al margen de ser un actor de películas de terror,  fue una persona que supo anteponerse a todos cuantos traumas aparecieron en su vida con el único objetivo de ser feliz. Fue una persona que idealizó hasta lo máximo posible el ser alguien honrado, leal y fiel a sí mismo, a pesar de todos los problemas que le puso el destino.

Él se enfrentó a sus miedos internos, y asumió su nombre a raíz de dos momentos clave de su vida: el decidir ser quien es a pesar de las barreras del momento, y el apellido de quien finalmente asumió ser. 

Ser Boris era un maricón con el que todos se metieron, pero que con el tiempo todos acabaron respetando. Al fin y al cabo, tantas hostias merecían un reconocimiento.

Desconozco si fue por su afán de ir hasta el final, por el "me la pela" de los chavales contemporáneos, o por el simple hecho de ser una persona que rompiendo todos los moldes de la época, decidió vivir su vida. Sólo su vida. Ser feliz. Algo que a día de hoy, aun hay gente que no quiere, o no puede, afrontar.

Ser Boris Karloff fue un joven que nació en las noches que duraban hasta las tres de la mañana pensando en un mundo mejor, y que acabó siendo un escritor enamorado de su pueblo con el que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias.

Fue un joven alocado que acabó siendo el compañero de sus compañeros, los mismos que le piden que dé guerra hasta consumirse porque confían en su persona: porque es el frasco de los deseos en los que muchos han depositado sus esperanzas... Y es por eso, que esto vale la pena, Ser Boris.

Es por esto, por lo que vale la pena luchar.





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