Impas


Como la tensión que respiran las notas cuando el arco desgarra el violín. Como el momento en que la gota de agua rompe la superficie y devuelve su reflejo resquebrajando la quietud. Como ese instante en el que el café comienza a salir de la cafetera y el burbujeo revienta el silencio del comedor.

Así, con la virulencia del cambio de las estaciones y el ímpetu que brota desde el pecho, la sangre recorre la sien cuando estás a punto de soltar una de esas sentencias que condenan al ostracismo una acción. Y son cómo funcionan los impulsos y las decisiones que se toman desde el corazón, y sin la razón como compañera de viaje. 

Y también porque a veces nos encerramos en nosotros mismos dándole vueltas a problemas que se solucionan con un simple “que te den por el culo”. Esto no lo dijo Paulo Coehlo, pero seguro que lo pensó.





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