Por el fondo
Tienes los oídos taponados; no
escuchas con claridad, pero escuchas esa canción. Esa canción que durante años
acompañó esta misma web.
Sientes como el agua empieza a
llegarte a la barbilla en el interior de este tanque de cristal; como el cielo
gris descarga gota a gota sus lágrimas sobre el taque de metacrilato que te
contiene.
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Entonces cierras los ojos.
Aceptas tu destino. Tragas agua. Te hundes.
Te hundes en lo más profundo
del oscuro día, con la cabeza abombada y el cansancio llamando a la puerta
diciendo que tienes una cuenta pendiente con él. Que te rindas, que no vas a lograrlo
y que los que siempre te han deseado algún mal van a descorchar hoy esa botella…
Pero no… Hoy no es ese día.
Porque a pesar de las tundas siempre
hay que escornarse delante del muro de hormigón; porque siempre hay que dejarse
hasta la última y exquisita gota de sudor en cumplir tus objetivos, tus metas,
tus sueños.