Vuelo motor


Cierra los ojos. Solo haz eso. Cuando los abras y te mires delante del espejo, pregúntate si realmente estás haciendo lo correcto. Si estás sintiendo que haces lo que te gusta, que estás completo y lleno por dentro. Que eres tú.

Durante un mes he aprendido a desintoxicarme del móvil, de las redes sociales, y de todo lo que es superfluo. He caído en la cuenta de que lo que más me importa en este mundo son mi familia y mis amigos, el saber de ellos y que todo está bien. En orden. 

Aprendes a apreciar cada instante con ellos y a disfrutar mejor. De hecho hasta he podido deleitarte sembrando el caos a distancia con alguna que otra maldad, pero te cambia la perspectiva de lo realmente importante, y es que de nada sirve correr si no tienes un motivo para hacerlo. 

Después de tiempo buscándome a mí mismo, de necesitar orientarme, me encontré mirando a las nubes en medio de una tormenta, y encontré el rumbo en el vuelo de una gaviota. De que he acertado con el destino escogido y que el inconformismo es el motor que mueve mi vida.



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