Rocódromo

Dándole las últimas pinceladas al que es mi tercer libro, y que si todo va bien saldrá publicado finalmente el mes que viene, estuve leyendo entradas de este blog que ya tienen 4 y 5 años. La verdad como pasa el tiempo sin que te des cuenta.

Cambiaron muchas cosas desde entonces, entre ellas la forma de escribir, pero el carácter que había en las palabras por aquel entonces sigue intacto en esas mismas palabras, aunque ahora se usen con una pizca más de experiencia y destreza.

Cuando estás a punto de lograr algo importante el cuerpo parece que te avisa, que te manda señales y te motiva con el simple hecho de abrir los ojos por las mañanas. Cada día que te levantas con ese objetivo entre ceja y ceja.

Igual ese es el truco para resistir y hacer del día a día una prueba de superación. Una jornada de puertas abiertas al rocódromo de los sueños que esperan a que los agarres en lo más alto.

Están ahí esperando, y si de verdad lo quieres, no hay nada que pueda hacer que tarde o temprano los consigas. Es posible que tardes más o menos, pero el que la sigue la consigue, porque los sueños que de verdad merecen la pena son los que se conquistan poco a poco y todos los días, desde el amanecer hasta la puesta de sol.


Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Ratón y mantequilla