Determinación


Hace un tiempo que sigo a un fotógrafo fuera de serie, Benjamín Viulet (@Viulet en Instagram), al que le he cogido la foto que acompaña el post de esta semana.

Al margen de que hace un trabajo fuera de lo normal, lo que me voló la cabeza fue el inicio del texto que acompaña a la imagen en su cuenta: “El cobarde es aquel quien sigue las palabras de la mente sobre los latidos del corazón”.

Esto me recuerda eso de que uno nunca debe rodearse de pesimistas, ni de gente que te corte las alas. Nuestro entorno, en mayor o menor medida, sí que influye en nosotros; influye en nuestra energía, en nuestra forma de ser y en la forma en la que enfocamos el futuro. Por eso, reconozco que siempre me ha gustado rodearme de personas que piensen, sientan y sueñen a lo grande. En mi opinión, ellos son los auténticos dueños del mundo.

El carácter que se forja enfrentándose a algo en solitario o sin el apoyo de tu entorno es algo que sólo quienes lo han sufrido pueden entender. Y cuando uno tiene el valor de hacerlo, de dejar de seguir a las palabras de la mente para guiarse por los latidos del corazón, se convierte en un auténtico valiente. Porque, aunque falle, ya ha ganado.

El Hagakure, un código filosófico de los samuráis que bebe del bushido, establece una máxima: Si flaqueas en tu determinación, la gente te confundirá. Por eso seguir el instinto, el seguir al corazón, a ese fuego interior del que desconocemos la procedencia, es lo que nos hace verdaderamente inmortales.

El tener la determinación de dirigir tu vida como si fueras un capitán y de disfrutarla como un pirata.



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