Hic et nunc

A veces le pides a la vida que te marque el camino, que te indique la senda y el rumbo que tienes que seguir porque tu ya no sabes que orientación tomar.

Es como ese momento en el que tienes unas ganas irrefrenables de hacer algo que se sale del guión, de hacer algo que rompa y que sea parte de ti. De una rebeldía de antaño que ha sido consumada en carácter innato, en sello de identidad. Y lo haces, con una especie de miedo al cambio, pero con la certeza de que es lo correcto.

Al fin y al cabo cada uno vivimos la vida como nos sale de dentro, sabiendo que hay gente que por muy buena persona que seas nunca te verá así, y debes de aprender a vivir con ello; con la certeza de que siempre existirá un qué dirán, al igual que siempre existió la dureza genital por donde pasárselo.

La esencia de uno mismo es como el gas que permite que se iluminen las estrellas, así que sé como ellas, y nunca pidas permiso para brillar. Vive, coño. Y sé feliz.



Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Ratón y mantequilla