Shin shin to

Deja que afuera suene la lluvia, deja que caiga y que se lo lleve todo. Que caiga sobre la piel y que arrastre la sangre de las heridas, que resbale y se lleve con ella aquello que sobra, que no hace falta, y que pesa.

Deja que el eco de las gotas sea quien te arrulle en medio de la noche, quien te tranquiliza y te lleva de vuelta al mundo de los sueños. Quien te recuerda de dónde vienes y cuáles son tus metas, sueños y esperanzas.

Deja que sea el agua de lluvia la que arrastre las lágrimas, la que se lleve el pesar. Deja que sean las gotas de lluvia, las que caen sobre tu cara cuando miras al cielo en medio de la oscuridad de la noche, las que te recuerden al Foliot Rojo, porque las almas dignas son aquellas que no retroceden por miedo a la muerte, o a la vergüenza de lo que es justo.

Que sea el agua de la lluvia quien te recuerde que estés seguro de que lo lograrás, si nunca dejas de intentarlo.



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