Ya estamos aquí
Había
una vez un reino lejano gobernado por un rey déspota, rechoncho, barbudo, y
viejo. Un rey que a pesar de tener reina y heredero, se acostaba con la mayor
bruja del lugar por el simple morbo que daba el compartir alcoba con el
mismísimo poder.
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Entonces
en el pueblo surgió un rumor. Al principio era como un pequeño riachuelo que
recorría las entrañas de la tierra, pero luego, como la fuerza del agua misma,
comenzó a abrirse camino. Primero se encontró con la oposición de los suyos al
simple hecho de protestar un poco, pero luego, tras meses de merme y batalla, los
viejos cedieron a los jóvenes.
Hoy en
las calles de ese reino se escucha ese pequeño rumor, tenue, sí, pero un poco
más alto y mucho más firme que antes. Un rumor que era el eco de las voces de
los jóvenes que no se resignaron a seguir callados y amordazados, mientras el
rey déspota dilapidaba todos los impuestos de su pueblo.
Ese
rumor, ese eco, provenía de las gargantas que gritaban a diestro y siniestro “Ya
estamos aquí, hemos venido para quedarnos, y vamos a luchar. Prepárate, porque
nosotros, ya estamos listos”
Llega
la hora de luchar. ¡A por ello!