Mundo Real



Arde la calle por donde camino sin dirección definida siendo el olvido la única dirección posible. Recojo los sueños como cenizas que flotan en el cielo con el miedo a que se rompan, a que se cierne sobre ellas un relámpago que apague el mundo, una gota que inunde valles y un sentimiento que brille como el sol.

Quiero que me consuma la rabia de besarte bajo la luna, que la oscuridad sea cómplice de nuestras miradas sin vernos y de nuestros abrazos sin sentirnos, que la noche sea alguacil, jurado y verdugo de nuestros pecados. Del pecado de amarnos hasta que el tiempo se detenga por toda la eternidad.

Mandar todo a la mierda. Coger el coche, poner la música a todo volumen y huir del mundo dejando todo atrás. Pisar el acelerador quemando embrague y chirriando las ruedas al tiempo que la música vibra por todo mi cuerpo, largarse a un mundo virtual donde el tiempo se estanque para siempre jamás.

Despertar, y darte cuenta que has cambiado el mundo real.



Entradas populares de este blog

No enemies

Las pilas de Nesperino

Ratón y mantequilla