Abre los ojos


Cierra los ojos. Ciérralos y escucha el silencio. Escucha como crecen el pelo y las uñas, como se alargan las sobras del ocaso sobre una mirada y como nace y muere cada latido. Como nace y muere cada instante.

Escucha como se caen las civilizaciones con el tiempo mientras tus ojos permanecen cerrados. Continúas escuchando como crece la hierba, como respira tu cuerpo, como naces y mueres miles de veces en un segundo con cada célula. 
 
Ahora abre los ojos, deja que cada sentimiento nazca y muera con cada latido y con cada respiración, deja que el mundo sucumba ante la noche sin final que envuelve el sentimiento de una vida pasada. Siéntelo dentro, tan dentro que te olvides de sentir, que te olvides de Vivir o Morir, Pensar o Actuar, Luchar o Servir, Odiar o Amar. 

Abre los ojos al mundo que no se ve ni se oye, abre los ojos al mundo que nace debajo de las piedras y en las raíces de los árboles, abre los ojos a un mundo que únicamente se puede sentir.

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