Recuerdos en formato Tic Tac

Que veloz y fugaz corren las arenas del tiempo. Recuerdo cuando era pequeño, no tendría más de 7 u 8 años, y en mi casa teníamos una barra maciza de hierro que me pesaba tanto, que para moverla tenía que arrastrarla. Hace dos días, un amigo al que le tengo muchísimo aprecio, vino a ayudarme a soldar unas cosas, y entre trozos de madera, herramientas oxidadas y sacos de cemento, encontré esa misma barra, tan brillante como hace más de diez años. Temiendo que pesara lo que recordaba, cogí la barra con las dos manos y mi sorpresa fue, que era totalmente liviana.

Me quedé himnotizado mirando aquella pieza lustrada que no pesaba absolutamente nada, y que era capaz de lanzarla por el aire con una mano, y de recogerla con la otra. Me quedé mirando la maldita barra pensando con aire de resignación. Recordando que cuando era pequeño, mi única preocupación, era llegar a casa a la hora de comer para no perderme ni un capítulo de Digimon. "Que pronto pasa el tiempo, y cuanto has crecido sin mirar atrás."

Entradas populares de este blog

No enemies

Ratón y mantequilla

Las pilas de Nesperino