Grito de Esperanza


Habita en mí esa sensación… Yo la llamo Indiferencia. Es extraño lo insignificante que puedes ser para unas personas a pesar de querer estar a su lado como un amigo, ser uno de esos que siempre están ahí y a quien contarle todo, ser uno más.
Habita en mí esa sensación… Yo la llamo Inconsciencia.  Es como un vacío que tiene perdidas de agua, como un nada que se llena de la nada, un razonamiento metafísico que ni siquiera yo, el propio escritor de estos pensamientos entiendo.
Habita en mí esa sensación…  Yo la llamo Incomprensión. De no saber si vengo o si voy, de no saber que está bien o está mal, de no saber si esto va hacia delante o hacia atrás, de no entender el mapa que compone mi vida.
Habita en mí esa sensación… Yo la llamo Atemporal. De cómo estás en un mundo aparte, de que piensan que te puede ocurrir algo y no saben que ellos mismo son la respuesta. Como un acertijo de hace milenios y que se debe resolver en pocas horas, o minutos, u ojalá en segundos.
Habita en mí esa sensación…  Yo la llamo Miedo. Como la que tenía Blancanieves cuando atravesaba el bosque huyendo del cazador, como cuando la Cenicienta perdió su zapato, o como Pinocho cuando es engullido por la ballena.
Habita en mí esa sensación… De que algún día, pueda llegar a encajar en el lugar correcto.  A esa, todos le llamamos Esperanza.

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